lunes, 17 de marzo de 2008

VISIÓN DEL PROCESO ENSEÑANZA-APRENDIZAJE

Tener una visión del proceso de enseñanza-aprendizaje, en Chile, hoy en día es un poco complejo, primero por la diferencia que existe entre los colegios públicos y privados, segundo por el contraste que existe entre profesores que han egresado de distintas instituciones y que por lo tanto han tenido una formación desigual a través del tiempo. Si a lo anterior le añadimos las distintas metas que se plantea cada establecimiento de sus alumnos y el curriculum que entrega el ministerio de educación de nuestro país, es posible decir, en mi opinión personal, cuan variado resulta este proceso de entrega y recepción, que como bien sabemos no solo es de conocimiento sino también de valores, habilidades y porque no decirlo, de moldeamiento de personalidad de los alumnos.
En mi periodo escolar básico y medio, que se extiende desde 1990-2002, tuve distintas experiencias del proceso enseñanza-aprendizaje. En mi periodo de estudios de nivel básico estuve en un establecimiento educacional público, el cual sinceramente era muy deficiente en relación a la calidad de los docentes que trabajaban en él. Todos los profesores que impartían enseñanza habían salido de la escuela normal de profesores, que a diferencia de la universidad, los años para recibir el titulo de docente eran menos y la preparación era menor sobre todo en el área psicopedagógica. Fue como desde el nivel de kínder hasta octavo básico recibí la enseñanza de profesores que como un robot impartían la materia que era dictada por ellos y escrita por los alumnos, tras lo cual, unas cinco clases, se realizaba una evaluación que consistía en una prueba de carácter escrito, que consistía en verdadero y falso; complete la oración y algunas preguntas. Casi no teníamos trabajos grupales, solo trabajo en clase individual, muy pocas disertaciones y la dinámica e interacción entre el profesor y los alumnos se limitaba a un par de preguntas que él hacia a la clase, nada más. Claro está que no todos los colegios públicos eran iguales, en algunos se les exigía más preparación a los profesores, algunos incluso, movidos por su vocación o superación personal, se instruían de forma particular o asistían a cursos impartidos por el ministerio de educación para dar una mejor clase a sus alumnos y se actualizaban de manera que al momento de entregar conocimientos estos fueran absorbidos de una mejor manera. En los colegios privados la situación era distinta, había una preocupación, quizás movida por la competición con otros establecimientos o el prestigio, por dar una educación más completa, no solo se entregaba conocimientos sino que también se ayudaba al alumno a dominar sus habilidades y capacidades de una manera que las pudiera aprovechar al máximo, estas actividades eran supervisadas constantemente al igual que el rendimiento del docente.
Al ingresar a la educación media ocurrió un cambio en la educación a nivel de país, se le llamo “reforma educacional” y fue implementado tanto en el nivel básico como medio. Esta reforma trataba de cambiar el viejo y ya desgastado sistema de enseñanza donde el alumno era visto como un mero receptor de conocimiento, por una manera más didáctica y dinámica, al mismo tiempo los profesores debían informarse de cómo implementar estas nuevas medidas para dar una nueva cara al proceso de enseñanza y aprendizaje. Se comenzó a dar prioridad a los trabajos grupales, a la exposición en clase, las disertaciones, intercambio de ideas e incluso el tipo de evaluación cambió, se dejo un poco de lado las típicas pruebas que mas que aprendizaje median memoria y se dio importancia al aporte que los jóvenes realizaban en la clase, en fin el alumno comenzó a ocupar un puesto importante en su propia formación, estaba en el ahora la toma de algunas decisiones antes solo otorgadas al profesor. Muchos de los maestros que impartían clases en el colegio al que asistía tomaron cursos de capacitación para adquirir nuevas tácticas pedagógicas, de esta manera se mejoro considerablemente la manera de enseñar y para el alumno el aprender lo que se enseñaba. Se suavizo en parte esta cortina que separa al profesor del alumno, donde el primero era el señor del aula poseedor de todo el conocimiento y el segundo un recipiente por llenar de conocimientos.
No me cabe duda de que nuestro sistema educacional actual tiene aun gran cantidad de deficiencias, muchas de las cuales están en manos del profesor poder mejorar, pero sin duda se ha avanzado. Un logro es el nivel de preparación que se está dando en las universidades a los jóvenes que han optado por una carrera educativa, pero aún queda mucho por hacer y es que nuestra sociedad actual insiste por menospreciar el papel que cumple el docente en la vida de los niños. Una y otra vez he sido testigo de cómo se baja el perfil al rol del profesor, de cómo se le degrada e ignora, en parte culpa también de la misma educación que hemos recibido de nuestro entorno, en parte también de los mismos profesores y me refiero a los del sector público, pues aquellos que trabajan en el sector privado bien saben cuánto vale una buena capacitación para mantener su puesto de trabajo, pues “gracias” al sistema de colegios municipalizados es muy difícil remover a aquellos que no cumplen como es debido su misión de entregar una enseñanza de calidad. No quiero decir que todo se trate de dinero, muy por el contrario, creo que mas allá de capacitarse por un puesto en un colegio con buena remuneración, sinceramente hoy falta que el profesor se encuentre con su verdadera identidad, con su vocación, de impartir enseñanza para lograr que esos alumnos que están aprendiendo sean constructores de un mejor futuro para nuestro país y es que los jóvenes de hoy con los medios de comunicación masivos que hay están cada vez más cercanos de la información, pero necesitan la instrucción debida, necesitan a un guía, a alguien que saque de ellos todas las capacidades que tienen y que se les enseñe a ocuparlas.

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